Lamentamos profundamente el fallecimiento del antiguo Praeses General de Kolping Brasil. Con gran tristeza nos despedimos de Mons. Paulo Link, fallecido hoy a la edad de 86 años.
Durante casi cuatro décadas, desde 1973 hasta 2011, dirigió la Obra Kolping en Brasil y marcó de manera decisiva su desarrollo. Con un compromiso incansable, una fe profunda y una gran visión de futuro, estableció la asociación en todo el país, fortaleció proyectos sociales y fomentó la colaboración con diócesis y organizaciones internacionales.
Su trabajo se extendió mucho más allá de Brasil. Paulo Link se comprometió con la expansión de las actividades de Kolping en toda América Latina, incluyendo Chile, Perú, Argentina, Uruguay, Paraguay, México, Bolivia, Colombia e incluso Portugal. Como miembro durante muchos años del Consejo General de KOLPING INTERNATIONAL, participó regularmente en el trabajo de la asociación a nivel mundial.
Paulo Link nació el 28 de abril de 1939 con el nombre de Wilhelm Willy Link. A los 20 años ingresó en el seminario de Fulda, donde estudió filosofía. Posteriormente fue enviado a Roma para estudiar teología. El 10 de octubre de 1965 fue ordenado sacerdote. Durante tres años trabajó como vicario en Alemania, pero fue su fervor misionero lo que le impulsó a dejarlo todo y servir más allá de las fronteras. En 1971 llegó a Brasil, donde adoptó el nombre de «Paulo«, inspirado por el apóstol Pablo.
Paulo Link recibió numerosos premios por su destacada labor, entre ellos la Cruz Federal al Mérito de la República Federal de Alemania (2004), el Premio Winfried Bonifácius (2001), el Trofeo «Lince» (2004) y el título de «Ciudadano de Carapicuíba» (1994). En 1994, el papa Juan Pablo II lo nombró Monseñor.
El Praeses General, Mons. Christoph Huber, ha expresado hoy sus condolencias a KOLPING Brasil: «¡Nuestro más sentido pésame por el fallecimiento del Padre Paulo! Durante mi última visita pude visitarlo, pero ya entonces estaba claro que se encontraba en camino hacia su hogar eterno. Tenía previsto volver a visitarlo la semana que viene, pero ahora lo recordaremos en nuestras oraciones con gratitud y lo encomendaremos a la gran misericordia de Dios, que él nos ha anunciado y testimoniado a nosotros y, en particular, a ustedes con su obra y su vida».
