En octubre, el Praeses General Ottmar Dillenburg visitó Timor Oriental: “En Timor Oriental fui catapultado al siglo XVIII. Esto realmente me conmocionó. Las personas viven en una pobreza opresiva, sin agua y, por supuesto, también sin electricidad”.
El país se encuentra especialmente atrasado en lo que respecta a la educación y al abastecimiento de servicios básicos. Casi un 30 por ciento de la población carece de un acceso seguro a agua potable y alrededor de un 60 por ciento tiene que subsistir sin instalaciones sanitarias. La tasa de analfabetismo en el país es alta.
Hay 39 Familias Kolping que reúnen un total de alrededor de 400 miembros Kolping. Las personas son increíblemente creativas, en general trabajan sin la ayuda de máquinas, elaborando productos sencillos que les permiten ganar dinero. El Praeses General visitó a Teovaldo (38): “Tengo aún vívida ante mis ojos la zapatería de Teovaldo. Está provista de herramientas simples y el zapatero arregla zapatos infantiles viejos de plástico. Lo que nosotros habríamos descartado hace rato – acá esos zapatos todavía tienen que durar mucho tiempo. Pero Teovaldo no estaba deprimido, sino todo lo contrario. Con gran orgullo me presentó su zapatería y el resultado de su trabajo”.
En la diócesis de Baucau, Kolping otorga microcréditos para que los miembros puedan independizarse con un emprendimiento, por ejemplo, produciendo aceite de coco o reparando neumáticos de motocicleta. La idea es alentadora y les ayuda a los miembros a lograr un ingreso adicional.
