Con la fundación de la asociación diocesana Hamburgo en 1995, el SEK nos aconsejó elegir a Tanzania como país contraparte. En esa época, la asociación diocesana Hamburgo y la Obra Kolping Tanzania contaban con alrededor de 2000 miembros cada una. Actualmente, la asociación diocesana Hamburgo tiene aproximadamente 1400 miembros, la Obra Kolping Tanzania, más de 13000.
Muchas veces pasa que la gente dice que sería mejor invertir en proyectos el dinero que se usa para los viajes. Pero nuestra contraparte en Tanzania le da valor al contacto personal y considera que las visitas significan que apreciamos su tarea. Se han desarrollado muchas relaciones amistosas.
Tanto a través de estas relaciones como de las informaciones del SEK, paulatinamente nos fuimos dando cuenta de la gran calidad del trabajo de la Obra Kolping Tanzania, que no solo es muy reconocido en ese país, sino también en África en general.
Resumiendo, en el último tiempo tomé cada vez mayor conciencia de que en el contexto de política de desarrollo hay que cuestionarse muchas cosas. El cuestionamiento ya comienza con los conceptos, que pueden tener un significado totalmente distinto desde el punto de vista de los principales países industrializados y de las elites africanas (no de los explotadores corruptos en los respectivos gobiernos). Dicha diferencia se pone de manifiesto, por ejemplo, en el concepto de “desarrollo” que, entre nosotros, a menudo tiene una carga subjetiva económico-liberal, pero que debería estar mucho más atravesado por los recursos culturales y espirituales de África. En ese sentido, la estructura de la Obra Kolping redunda en un gran beneficio, porque los habitantes de Tanzania pueden desarrollar sus ideas y proyectos teniendo en cuenta su situación concreta. Esto debería ser un aspecto esencial de todo nuestro trabajo de cooperación entre contrapartes.
Walter Mahr, presidente diocesano de la Obra Kolping Hamburgo y encargado del trabajo internacional entre contrapartes