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“La ayuda para la autoayuda funciona“

La encargada de cooperación Laura Plosinjak hizo una visita de proyecto a Ruanda. En su primera visita a Ruanda, la encargada de proyectos Laura Plosinjak visitó las Familias Kolping, observó el trabajo en los proyectos y tuvo oportunidad de conocer a las y los colegas de la asociación nacional. A continuación, les compartimos el informe de su viaje: 

 

“Luego de una amable recepción y un recorrido por la Oficina Nacional de Kigali, enseguida iniciamos el viaje para visitar distintas Familias Kolping. Me parecieron especialmente interesantes los proyectos comunitarios de una Familia Kolping en particular: treinta y ocho miembros de la Familia Kolping Hanika se dedican al cultivo de caña de azúcar en un terreno comunitario. La Familia Kolping ahorró durante mucho tiempo para adquirir ese terreno comunitariamente. Además, los miembros arrendaron otros seis terrenos para dedicarlos a la caña de azúcar. Fue una muy buena decisión, porque la caña de azúcar puede plantarse a lo largo de todo el año y se obtienen tres cosechas anuales. Además, el hecho de disponer de varios terrenos para sembrar permite un alto rendimiento. Las ganancias ingresan a la cuenta de ahorro de la Familia Kolping que, de este modo, puede otorgar microcréditos a cada vez más miembros. De ese modo, paulatinamente los miembros pueden mejorar su vida, lograr mayores ingresos y destinar ese dinero a la salud y a la educación de sus hijos.

Arduo trabajo para lograr el acceso a la escolaridad – con el apoyo de Kolping

En Muramba visité la Familia Kolping más grande de Ruanda, que cuenta con 500 miembros. Está dividida en varios subgrupos. En el gran encuentro de miembros, algunas mujeres jóvenes informan cómo recibieron apoyo de Kolping para poder asistir a la escuela: las familias de Jeannette Uwamyirigira y de Alice Uwihirwe no tenían dinero suficiente para pagar la cuota escolar de sus hijas. Recibieron apoyo de Kolping: Kolping les enseñó a Jeanette y a Alice a plantar frijoles y también les proporcionó las primeras semillas para hacerlo. Las jóvenes mujeres pudieron invertir los ingresos de la cosecha en la compra de cerdos. Con aplomo y una amplia sonrisa, ambas cuentan que el dinero que ahora obtienen gracias a la cría de cerdos les permite ganarse ellas mismas el dinero para la cuota escolar y volver a asistir a la escuela. Y Jeannette informa orgullosa que incluso pudo comprarse un teléfono celular inteligente.

 

La ayuda para la autoayuda sirve

En casi todas las Familias Kolping que visité, la cuota escolar es todo un tema. Sin embargo, los miembros Kolping están orgullosos y conscientes de sí mismos dentro de la comunidad. Se presentan confiados con sus remeras Kolping y cuentan cómo, gracias a las capacitaciones y a los impulsos de Kolping, lograron mejorar sus vidas. Sus hijos asisten a la escuela y ya no pasan hambre. Las familias pueden comer dos a tres veces por día, allí donde antes apenas les alcanzaba para una comida diaria.

La ayuda se transmite de unos a otros

La comunidad vuelve fuertes y solidarias a las personas. También resulta especialmente satisfactorio vivenciar la solidaridad con los demás, porque muchos miembros se preocupan también por sus vecinos. Govetti Umimama era pobre y estaba desnutrida y apenas podía alimentar a sus cinco hijos.  Antes mendigaba y ahora se convirtió en una mujer orgullosa de poder apoyar a otras personas. Kolping le proporcionó ganado pequeño, luego una vaca y ahora Govetti ya posee varias vacas y pudo construir una casa. Todos sus hijos asisten al colegio y algunos incluso van a la universidad.

 

El principio de Merry-Go-Round: el primer ternero se regala

Govetti le regaló una vaca a su vecino. El vecino, por su parte, le devolvió el primer ternero, que ella a su vez pudo regalarle a otro vecino. De ese modo, ya pudo ayudarles a un total de 27 familias. Govetti implementa a la perfección la idea de Kolping: quien recibe un animal pequeño, se compromete a entregarle la primera cría al próximo miembro. Así, la ayuda donada no deja de multiplicarse.

Maria Magdaleine Kakuze también recibió una vaca de Kolping. Ella está a cargo de la crianza de sus nietos. De a poco, pudo adquirir además cerdos, gallinas y conejos. También se dedica a cultivar maíz y soja. Lo que no necesita para mantener a sus nietos, lo puede vender, generando ingresos. Pero Maria también provee de leche y alimentos a niños desnutridos del vecindario, para que crezcan más sanos.

 

Más fotos de los proyectos de Kolping Ruanda: