Actualmente, las personas en Honduras no solo tienen que luchar con el aumento de casos de coronavirus. Además, amplias regiones del país fueron devastadas en noviembre por las tormentas tropicales ETA e IOTA. Una lluvia permanente que no cesó a lo largo de muchos días provocó aludes e inundaciones: las casas, calles y puentes no pudieron resistir las masas de agua; quedaron destruidos campos enteros con toda su cosecha.
También la región El Paraíso en los alrededores de la Oficina Nacional KOLPING se vio fuertemente afectada. Inmediatamente, se organizaron medidas de emergencia, por ejemplo, se alquilaron botes para rescatar a las personas de los techos de sus casas rodeadas por la crecida. Los miembros Kolping se ocuparon de realizar acciones solidarias distribuyendo alimentos, agua y medicamentos a las personas que habían quedado sin techo.
“La situación es verdaderamente dramática, en todo sentido. E incluso allí donde los campesinos Kolping no han perdido sus cosechas no sabemos cómo buscarlos, porque los caminos están destruidos. Demandará años reconstruir todo”, explica Rufino Rodriguez, Director Ejecutivo de KOLPING Honduras.
La Oficina Nacional está coordinando más medidas de ayuda en las regiones Kolping afectadas, donde en parte aún llueve y los ríos siguen desbordando. KOLPING INTERNATIONAL puso a disposición 25.000 euros de su fondo de emergencia para tal fin.
