La situación en África aún no es tan grave como se temía en los comienzos de la pandemia. Dejando de lado el elevado número de infecciones en el África septentrional, por ejemplo en Egipto y Marruecos, y en Sudáfrica, las cifras oficiales de los demás países siguen siendo comparativamente bajas.
El encargado para África Volker Greulich estima que esto se debe principalmente a dos cuestiones: Por un lado, la movilidad en África es considerablemente más baja. Las fronteras de los países africanos se cerraron relativamente temprano. “Pero los africanos viajan menos y la infraestructura es mala”, explica Volker Greulich. En este caso, esa circunstancia tiene un efecto positivo: “Hay mucha gente que nunca en su vida salió de su entorno más cercano”. La segunda cuestión es la mala calidad de la información. “En África, la cifra no declarada es alta. Según las informaciones de la BBC, Kenia, por ejemplo, solo cuenta con 5000 kits de testeo”, informa el experto en Sudáfrica. Y donde hay pocos testeos tampoco se conoce el número de infectados. “Supongo que muchas personas fallecerán sin haber ingresados jamás a las estadísticas”.
Pandemia del hambre
Greulich se muestra preocupado por las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. “La crisis social en África recién está comenzando”. El Ministro de Desarrollo Gerd Müller teme una “pandemia del hambre” y hace un par de días expresó: “El coronavirus destruye los objetivos de las Naciones Unidas y podría llevar a una catástrofe”. Volker Greulich coincide con esta apreciación. Hay millones de personas que trabajan en el sector informal sin ningún tipo de seguridad social afectadas por las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus – si es que no terminan contrayendo ellas mismas la enfermedad. Pierden su trabajo. En algunos casos, los campesinos tampoco pueden sembrar sus campos debido al aislamiento preventivo y obligatorio; las vías de transporte se encuentran interrumpidas.
KOLPING ayuda de modo creativo
En muchos países de África, KOLPING ayuda de modo creativo. En Ruanda, la directora ejecutiva de KOLPING en ese país, puso a disposición el camión de la Obra Kolping para que la buena cosecha de papas que obtuvieron los miembros Kolping de los pueblos del noroeste del país pudiera ser llevada a la capital Kigali y ser comercializada en el mercado. En Sudáfrica, KOLPING se ocupa de los jóvenes que en este momento no pueden continuar su capacitación KOLPING. Sigue siendo un interlocutor para ellos y les transmite esperanza y fuerza durante la crisis.
Volker Greulich advierte que no habría que creerse a salvo en el caso de que en algún momento se logre ponerle coto al virus en el mundo occidental. La OMS teme que en el África subsahariana podría sobrevenir la próxima catástrofe alimentaria con 300.000 muertos y 30 millones de hambrientos.
Acquí informamos sobre la situación en los países copartes. Cómo ayuda KOLPING? Una vista general.
