A fines de septiembre, el Praeses General Mons. Christoph Huber viajó a Tanzania para interiorizarse del trabajo asociacional y de proyectos en ese país.
En Rubya, el Praeses General mantuvo encuentros con los miembros Kolping y con los campesinos en el campo y en el mercado donde venden su cosecha. La Familia Kolping Ntojia le mostró los diversos pasos de la cosecha de mandioca: primero la máquina corta los tubérculos en pequeños trozos, que luego se secan sobre una tela antes de ser procesados como harina. Las buenas cosechas también se deben a las cabras que han logrado obtener los campesinos. Impresionado, Mons. Huber dijo “Me da alegría ver cómo con una ayuda pequeña como puede ser una cabra, los campesinos pueden atravesar la crisis, porque así se pueden independizar de los productores de fertilizantes”.
Otro elemento para enfrentar la crisis lo constituyen las semillas certificadas de alta calidad que entrega Kolping. Gracias a las semillas y al fertilizante de producción propia, los campesinos logran duplicar, o incluso triplicar, la cosecha.
“La cohesión dentro de las Familias Kolping que se percibe aquí, es otra de las condiciones del éxito de los proyectos”, constata Christoph Huber. Como en todas las Familias Kolping, también en estas hay mujeres fuertes que toman la idea de Kolping de la ayuda para la autoayuda y la ponen en práctica. El orgullo de las mujeres por su trabajo Kolping se refleja en la remera que le regalan al Praeses General: “Las mujeres son una fuerza poderosa”, se lee en su inscripción. Y además: “Unámonos a Kolping Tanzania”.
