En Kenia, el progreso en la lucha contra el hambre se logra en forma de una bolsa pequeña, verde, agujereada, que apenas llama la atención. Sin embargo, esta bolsa se las trae: ella permite cosechar mucho con poca agua y en un espacio muy restringido. El gasto es bajo, el rendimiento es alto – y contribuye a la seguridad alimentaria.
Las bolsas también son prácticas porque requieren poco espacio y pueden emplazarse directamente junto a la casa o en el balcón, en el caso de las ciudades. Los primeros brotes verdes ya se vislumbran a los pocos días; luego de algunas semanas, a través de los agujeros crece la planta y puede ser cosechada. Se trata de un método ideal para sembrar lechuga, espinaca y cebolla. Las bolsas de siembra están hechas de un material resistente y duradero. Su adquisición es barata y pueden volver a rellenarse con tierra tantas veces como se desee.
El año pasado en Kenia se pudo capacitar a 112 miembros provenientes de 21 Familias Kolping de las diócesis de Kitui, Machakos y Nairobi en el manejo de las bolsas de siembra. Este año se continuará con este exitoso proyecto.