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Kolping coopera con un instituto de formación profesional

En ocasión de un viaje de trabajo a Kolping Filipinas, la Dra. Hildegard Hagemann, asesora de Kolping Vietnam, pudo presenciar la firma de un acuerdo de cooperación entre Kolping Filipinas, una cooperativa local de campesinos y un instituto de formación profesional.

Durante la última capacitación para la elaboración de pan de moringa, el praeses nacional de Kolping Filipinas Pater Ricky Colinares y el Director Ejecutivo Francis Julius Belale Lucañas firmaron en nombre de Kolping Filipinas una declaración de intención con la cooperativa de campesinos y con el instituto de formación profesional Isarog Farmers and Producer Association IFPA y el presidente del Camarines Sur Polytechnic College CSPC Nabua recientemente nombrado Dr. Amado Oliva.

El objetivo del acuerdo es asesorar, capacitar y apoyar a los miembros Kolping en la elaboración de alimentos nutritivos para hacer de este modo un aporte a la seguridad alimentaria.

En tiempos de cambio climático, esta propuesta de capacitación innovadora también constituye una medida importante para contribuir a resistir y para generar perspectivas laborales en la región de Bicol.

“El centro de formación profesional de Kolping Filipinas no solo ofrece el arte clásico de la repostería como una de sus especialidades de capacitación fundamentales, sino que también se dedica a la búsqueda de nuevas cooperaciones y propuestas de capacitación. El apoyo en esa búsqueda siempre es bienvenido”, apunta Hildegard Hagemann, coordinadora de la red Kolping de Asia (AsiKA).

 

 

Kolping Filipinas pone uno de sus acentos en la formación profesional de las personas jóvenes. En el centro Kolping de formación profesional de Canaman, reconocido en todo el país, hace décadas que se capacita a adolescentes y a adultos jóvenes en cocina, soldadura, carpintería y repostería. La acción navideña de diciembre último también apoyó este proyecto de formación que se está llevando a cabo en Filipinas para brindarles una perspectiva laboral a las personas jóvenes. Así lo cuenta Kim, una mujer de 24 años: “Hace cuatro años, todavía estaba desesperada. Mis padres no tenían dinero y no me podían pagar una formación”, recuerda Kim. “Gracias a un golpe de suerte, las cosas se dieron de otro modo”. Una amiga de Kim que es miembro de Kolping le consiguió la posibilidad de capacitarse como repostera en el centro de formación Kolping de Canaman. “Actualmente trabajo en una pequeña panadería y tengo mis propios ingresos. Incluso consigo ahorrar un poco. Y también puedo apoyar a mis padres”, nos cuenta Kim, orgullosa. En algún momento, Kim quiere cumplir el sueño de tener una panadería propia.