El último informe de Rumania constituye un excelente ejemplo de la multiplicidad de Kolping. Las respuestas de las Familias Kolping a los desafíos son tan diversas como los desafíos mismos.
En el Banato se apoyó a los necesitados con paquetes de productos alimenticios. Esto fue posible gracias a la venta de Coronas de Adviento elaboradas por la Familia Kolping Millennium Timisoara y a donaciones de la asociación diocesana de Erfurt. En Russberg/Rusca Montana, por su parte, se está renovando la Casa Kolping. Una de las primeras acciones que se llevarán a cabo allí luego de finalizada la obra será un campamento para niños provenientes de familias de bajos ingresos. También en Timisoara se está construyendo – en este caso, desde cero. El año próximo se terminará la Casa de Formación y Encuentro Timisoara, pensada para ser un hito orientador para el trabajo de formación de la sociedad civil de la región. En la asociación regional Kolping Moldavia prácticamente todos los fines de semana se hacen propuestas de tiempo libre y formación para los niños y jóvenes de los pueblos. Se remodeló en forma conjunta la vivienda de una voluntaria de la asociación para adaptarla al desplazamiento en silla de ruedas y se juntó dinero para un scooter eléctrico para discapacitados.
Hace meses que Rumania atraviesa una situación política difícil. La política nacional se caracteriza por una corrupción desembozada y, recientemente, por la caída del gobierno. Tanto más importante es cada acción a nivel local y regional para darle coraje a la gente. Se necesita una sociedad civil vital como se pone en práctica en Rumania tanto a nivel de las Familias Kolping locales como de la Asociación Nacional para que no haya más personas que le den la espalda al país.
