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Estimados hermanos y hermanas Kolping:
Para Pentecostés les envío un saludo cordial desde la Iglesia de los Minoritas. El Espíritu Santo es todo un tema. Desde siempre, a las personas les ha resultado difícil representar al Espíritu Santo, comprender qué significa. Así es como algunos tiran rosas desde la nave de la Iglesia y otros, otros símbolos destinados a representar al Espíritu Santo, el viento, el agua.
Yo creo que nosotros, los kolpinguistas, sabemos de qué se trata el Espíritu Santo. Lo sabemos porque existe el espíritu Kolping. Yo lo vivo día a día en cooperación con muchas personas. Lo vivo durante los viajes en los que visito a nuestras hermanas y hermanos Kolping. Allí el espíritu Kolping se puede vivenciar y tocar con las manos, porque las personas trabajan todas por una misma causa y en el mismo sentido. Porque las personas se aceptan las unas a las otras así como son, con sus dificultades y problemas. Porque las personas permanecen unidas más allá de las fronteras. Por ende, no puedo más que recomendarles a todos los que quieran vivenciar el Espíritu Santo que visiten a sus hermanas y hermanos Kolping que se encuentran más cerca o más lejos. Es junto a ellos que podrán vivenciar lo que puede obrar el espíritu de Dios en nuestro mundo. Estoy muy agradecido por ello. Estoy agradecido por todos los hermanos y hermanas Kolping que mantienen vivo este espíritu. Y les deseo un feliz y bendecido Pentecostés.
Fiel a Kolping.
